Y allí me deje caer en un cómodo sofá de terciopelo marrón-gastado, mirando a un lado y a otro, sintiéndome parte activa del mobiliario de la redacción y esperando recibir la orden, por lo menos, de hacer alguna fotocopia.
Cuando prácticamente había perdido toda esperanza de que me hicieran algo de caso, el jefe me llama y como por arte de magia me asigna un ordenado, (¡Tengo ordenador propio!). No cabía en mi de gozo, me sentía como José Coronado en un capitulo de Periodistas.
Creo que empiezo a sentirme un poquito integrado, parece que camino hacia algo palpable, hasta ahora un tanto abstracto y que cada vez me provoca y me gusta más. Prometo seguir contando más cositas sobre mi redacción, pero ahora mismo voy a conocer al resto de compañero.
Un beso desde el fondo del océano.
Este fin de semana ha sido toda una aventura. Empezando por los mil y un cambios en el itinerario (empezamos por llegar a la capital en autobús, después pasamos al coche, horas antes de irnos se suprimió el coche y volvimos al autobús, pero claro, no quedaban plazas, por lo que optamos por un tren, vamos, lo normal) pero la cosa se complica al llegar a Madrid (destino incierto!!!). Finalmente acabamos en casa de Divinisa Gilda, que gentilmente nos acoge (a Moteropizzero y al que suscribe). Entonces conocí a mi osito de peluche preferido (Von Fede) y empezamos a charlar toooooodaaaaa la tarde. Llega la hora de arreglarse y nos adereza la fiesta el mejor Lagarto, que nos sacó la sonrisa a todos y nos ayudó con el transporte.
Cuando prácticamente había perdido toda esperanza de que me hicieran algo de caso, el jefe me llama y como por arte de magia me asigna un ordenado, (¡Tengo ordenador propio!). No cabía en mi de gozo, me sentía como José Coronado en un capitulo de Periodistas.
Creo que empiezo a sentirme un poquito integrado, parece que camino hacia algo palpable, hasta ahora un tanto abstracto y que cada vez me provoca y me gusta más. Prometo seguir contando más cositas sobre mi redacción, pero ahora mismo voy a conocer al resto de compañero.
Un beso desde el fondo del océano.
Este fin de semana ha sido toda una aventura. Empezando por los mil y un cambios en el itinerario (empezamos por llegar a la capital en autobús, después pasamos al coche, horas antes de irnos se suprimió el coche y volvimos al autobús, pero claro, no quedaban plazas, por lo que optamos por un tren, vamos, lo normal) pero la cosa se complica al llegar a Madrid (destino incierto!!!). Finalmente acabamos en casa de Divinisa Gilda, que gentilmente nos acoge (a Moteropizzero y al que suscribe). Entonces conocí a mi osito de peluche preferido (Von Fede) y empezamos a charlar toooooodaaaaa la tarde. Llega la hora de arreglarse y nos adereza la fiesta el mejor Lagarto, que nos sacó la sonrisa a todos y nos ayudó con el transporte.